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[Lázaro ha aprendido del ciego mañas y trucos, y pronto comienza a usarlos contra su amo.]
Lo asía y daba un par de besos callados

Lo asía y daba un par de besos callados

Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo muy de presto lo asía y daba un par de besos callados y tornábale a su lugar. Mas duróme poco, que en los tragos conocía la falta, y, por reservar su vino a salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino, lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y de entonces en adelante mudó propósito y asentaba su jarro entre las piernas y lo tapaba con la mano, y así bebía seguro.

Con una paja larga de centeno, chupando el vino.

Con una paja larga de centeno, chupando el vino.

Yo, como estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía, acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sutil, y, delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera, taparlo; y, al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos, y, al calor de ella luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía, que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada. Espantábase, maldecíase, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser.

-No diréis, tío, que os lo bebo yo -decía-, pues no lo quitáis de la mano.

El vino

- El vino se bebe desde hace más de 7.000 años. En la antigüedad era enormemente apreciado por ofrecer un sabor alternativo al agua.

- También se consideraba que tenía propiedades medicinales: se usaba como antiséptico para tratar heridas, como ayuda a la digestión y como cura de algunas enfermedades.

- A comienzos del siglo XX, la ciencia pudo establecer que el vino no sirve para curar las heridas sino que las empeora, ni tiene ninguno de los efectos curativos que se le suponían. Además los médicos aconsejan mucha moderación en su uso, pues tiene gran capacidad de crear adicción, sus efectos a corto plazo causan gran peligro y en grandes cantidades y a largo plazo tiene efectos devastadores.

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