El Lazarillo de Tormes Siguiente →
Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite. Y a este propósito dice Plinio que no hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena; mayormente que los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello. Y así vemos cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo son. Y esto para que ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar de ella algún fruto. Porque, si así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y lean sus obras y, si hay de qué, se las alaben. Y, a este propósito, dice Tulio: «La honra cría las artes».
En esta página hay dos frases célebres de pensadores romanos, Plinio el Joven y Marco Tulio Cicerón.
En tiempos del Lazarillo terminaba la Edad Media, que se había caracterizado por el gobierno de los nobles–militares– y la influencia de la religión en todos los ámbitos de la vida. Pero lo que había funcionado durante tantos siglos ya no valía: al final de la Edad Media, Europa había sufrido una enorme crisis con hambre, plagas y guerra. Ahora las recién inventadas imprentas difundían ideas nuevas y extrañas y se exploraba América, un misterioso continente aparecido de la nada.
La necesidad de cambio originó un enorme interés por la Edad Antigua, la de romanos y griegos. Estas civilizaciones clásicas habían amado la cultura y la ciencia y habían considerado al ser humano como centro del universo. Tan grande fue este movimiento cultural, que incluso recibió nombre: El Renacimiento.
El Lazarillo, que ya en este prólogo cita a Plinio y a Cicerón, fue un libro importante del Renacimiento de la humanidad a la Edad Moderna y, siglos después, se sigue leyendo.
Eran tiempos de inquietud, dudas y aventuras: daba comienzo la Edad Moderna, que acabaría trayendo enormes progresos.
¿Quién piensa que el soldado que es primero del escala tiene más aborrecido el vivir? No por cierto; mas el deseo de alabanza le hace ponerse al peligro; y así en las artes y letras es lo mismo. Predica muy bien el presentado y es hombre que desea mucho el provecho de las ánimas; mas pregunten a su merced si le pesa cuando le dicen: «¡Oh, qué maravillosamente lo ha hecho vuestra reverencia!». Justó muy ruinmente el señor don Fulano, y dio el sayete de armas al truhán, porque le loaba de haber llevado muy buenas lanzas: ¿qué hiciera si fuera verdad?
Y todo va de esta manera: que, confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada que en este grosero estilo escribo, no me pesará que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades.
Suplico a Vuestra Merced reciba el pobre servicio de mano de quien lo hiciera más rico si su poder y deseo se conformaran. Y pues Vuestra Merced escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no tomarle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.
Lázaro dice que este libro es la historia de su propia vida, escrita por él mismo, que escribe para ser famoso y también para demostrar que se puede llegar alto con con trabajo y astucia, aunque se tengan orígenes humildes.
Pero nunca se ha encontrado rastro de un Lázaro nacido en Salamanca por aquellas fechas.
Además, veremos que Lázaro aprendió muchas cosas de niño, pero no a leer ni escribir. Y el libro está lleno de palabras cultas y de formas de hablar que no eran comunes entre la gente sencilla.
Si Lázaro no escribió el libro, si Lázaro sólo es un personaje de ficción, ¿quién escribió el Lazarillo? ¿por qué el verdadero escritor ocultó su nombre? ¿de qué se escondía el escritor del Lazarillo de Tormes?